Mensajes de la Biblia
Joel
La serpiente de Bronce
Saludos a todos mis hermanos, hoy les traigo un mensaje sobre la idolatría, ¿Qué tan fácil es caer en el lazo de la idolatría? Realmente no es difícil, pues la naturaleza del hombre tiene la tendencia a deificar objetos, artículos y atributos, como el dinero, la fama, y el poder, y toda cosa siempre y cuando sea buena para la carne, puede ser deificada por el hombre, haciendo caer a muchos en idolatría.
Nuestro Tema principal está en el libro de Números:
Números 21:4-9 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.
Algunas personas enemigas de nuestro Señor Jesucristo, utilizan este texto para decir que Dios, ordeno a Moisés hacer ídolos, pero eso no tiene peso, en cuanto al texto, porque la figura, la enseñanza, la analogía, en esta historia nos lleva exactamente a la cruz de Jesús el Cristo.
Un asta, símbolo de la cruz de Jesús el Cristo
Una serpiente, símbolo de Jesús con todo el pecado del mundo en su alma
Una mirada a la serpiente de bronce para vivir, es símbolo de como el ser humano pecador mira a Jesús el Cristo crucificado y VIVE.
Un asta, símbolo de la cruz de Jesús el Cristo
El señor Jesucristo fue levantado sobre un asta, clavado de sus manos a un madero, formando una cruz.
Ese hecho lo hacía maldito, como una serpiente, por eso dice el apóstol Pablo:
Gálatas 3:13-14 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Estas palabras del apóstol Pablo, son citadas de la ley de Moisés, y la ley de Moisés decía que un hombre colgado en un madero, por su pecado era maldito; esta práctica no era romana, era Judía, lo siento por aquellos que piensan que la muerte de cruz es invención romana, pues no fue así.
Y esa maldición de estar colgado en un madero, era la maldición que hizo maldito a nuestro Señor Jesucristo, en el momento de la cruz, pues todo el pecado del mundo fue imputado en su alma, para llevar nuestros pecados al fondo del abismo.
La ley de Moisés decía:
Deuteronomio 21:22-23 Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
La ley de Moisés fue aplicada a Nuestro Señor Jesucristo, y el Padre lo maldice, y todo nuestro pecado es depositado en su alma, la cual se entristeció HASTA LA MUERTE, al sentir cada una de nuestras ofensas, maldades, rebeldías e injusticias en su alma, pagando con su vida y despreciando su alma hasta la muerte, por amor a la humanidad.
Una serpiente, símbolo de Jesús con todo el pecado del mundo en su alma
En el momento de la crucifixión, nuestro Señor Jesucristo fue maldito como una serpiente maldita, lo cual era un cumplimiento de la figura de la serpiente de Bronce.
Por eso nos dice el apóstol Pablo:
2da Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Nuestro Señor Jesucristo nunca conoció el pecado él fue puro, justo y sin pecado, así lo dice el apóstol Pedro:
1ra Pedro 2:21-24 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
Esa maldición de pecador, que la ley de Moisés, atribuía al pecador que estaba colgado de la cruz, es la que maldice a nuestro Señor Jesucristo en su momento, PERO al mismo tiempo es la que nos da vida y nos libra del pecado delante de DIOS.
Así que somos salvos por la maldición de JESUS EL CRISTO, eso fue lo que quiso decir el apóstol Pablo cuando dice:
2da Corintios 8:9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
Jesús el Cristo se hizo pobre de gloria, hasta el extremo de hacerse maldito, para que nosotros fuésemos ricos en vida y salvación por la obra de la cruz.
El cuerpo de Jesús el Cristo nunca pecó, ni en la hora de la muerte, pues hasta en la hora de la muerte el Señor Jesús ora por los que le daban muerte y dice: Padre perdónales porque no saben lo que hacen.
Entonces preguntará alguno ¿Cómo Jesús el Cristo lleva los pecados del mundo, en la cruz si ni ahí peco en su cuerpo? Y algún otro más fijado preguntará ¿el apóstol Pedro dice que llevó nuestros pecados en su cuerpo? No hay problema en todo esto, lo tratare de explicar y que el espíritu Santo me ayude:
Mientras Jesús estaba aún vivo pero colgado en la cruz, su Espíritu, su alma, y su cuerpo están juntos, es decir él está vivo, y en ese estado el recibe en su ALMA, el pecado del mundo, aunque su cuerpo de carne no es contaminado, pero su alma está dentro de su cuerpo, de esa manera su cuerpo lleva el pecado del mundo, pero en realidad, su alma es la que se hace pecado, y cuando su alma es separada de su cuerpo, es decir, Jesús el Cristo muere, su alma es mandada al infierno, al hades, por el pecado de nosotros, y su cuerpo sin pecado, pues el pecado se fue con su alma va al sepulcro y cumple el verso del salmo de David que dice:
Hechos 2:27 Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
El cuerpo de Jesús el Cristo no vio corrupción nunca, siempre fue limpio de pecado, su cuerpo ya resucitado es el mismo cuerpo incorruptible, que tuvo desde que nació, Pero su alma va al hades por el pecado de nosotros, imputado en su alma con permiso del Padre.
Por eso el profeta Isaías dice:
Isaías 53:10 Con todo eso, el SEÑOR lo quiso moler, sujetándole a padecimiento. Cuando hubiere puesto su alma por expiación, verá linaje, vivirá por largos días; y la voluntad del SEÑOR será en su mano prosperada.
El Señor Jesús el Cristo, puso su ALMA por expiación de la humanidad, expiación hecha una vez y para siempre.
Algunas biblias modernas dicen que puso su vida por expiación, pero recuerden que la vida venidera del hombre está en su alma y no en su carne, y de esa manera la carne del cuerpo de Jesús el Cristo nunca vio corrupción, ni nunca se hizo pecado en su carne, sino en su alma.
De todo esto entiendo que cuando Jesucristo resucita, su cuerpo de carne hereda la gloria y se sienta a la diestra de Dios, y las heridas de los clavos aún están en ese cuerpo que nunca pecó, y son el testimonio vivo de que nunca peco, pues si no hubiese sido así, no hubiera heredado la gloria junto al Padre, pues en el tercer cielo, no entra nadie que sea pecador o que haya cometido pecado.
Una mirada a la serpiente de bronce para vivir, es símbolo de como el ser humano pecador mira a Jesús el Cristo crucificado y VIVE.
En nuestra historia del desierto, vimos como los israelitas salían de sus tiendas y miraban la serpiente de bronce y al verla ellos eran curados del veneno que las serpiente ardientes habían inyectado en sus cuerpos para que muriesen, ¿de qué es símbolo este veneno? Del pecado del hombre, el hombre contamina su alma cuando su carne lo induce a pecar, pues esa es nuestra naturaleza, la naturaleza del pecado, heredada de Adán el primer hombre en la tierra.
Ese veneno que circula por nuestra sangre, día a día nos hace pecar, nos tiene prisioneros de nuestra carne que se complace en el pecado, hasta que un día salimos de nuestro error y miramos al que fue colgado de una cruz por nuestros pecados y que hoy ya está glorificado, y cuando lo vemos él se compadece de nosotros y nos da su Espíritu Santo, la medicina para no morir, y nos lava nuestros pecados con su misma sangre derramada en la cruz, para presentar nuestras almas limpias de pecado ante DIOS.
Ya en el antiguo testamento el Señor pedía a los hombres que lo vieran, que pusieran sus ojos en su Salvación, la cual fue manifestada en Jesús el Cristo, por eso dice:
Isaías 45:22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
Y en el nuevo testamento la escritura dice:
Juan 11:25-27 Le dice Jesús: YO SOY la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dice: Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
¿Estas muriendo día a día por el veneno del pecado? Ya sabes que la cobertura de hombres no te puede curar, los israelitas mientras no salían de la cobertura de sus tiendas no podían mirar la serpiente de Bronce. Entonces sal y mira a Jesús el Cristo, muriendo en la cruz por ti, ¿no lo vez que ha resucitado y esta glorificado y es el Gran Juez de las almas de los hombres?
Si todavía tus ojos no lo han visto, deja de hacer lo que haces y sal de ese templo que te esclaviza, sal de esa cobertura de hombres que te ciega, y mira al CIELO, ahí está Jesús el Cristo, Glorificado, esperando que lo veas para darte la medicina contra el pecado, su Espíritu Santo.
¿Tú crees que la cobertura de Saulo de Tarso, la cobertura de los fariseos, dejaba ver a Jesús el Cristo a Saulo? No, no lo dejaba verlo, él era como ciego y sus ojos miraban lo que su cobertura le permitía, así había sido engañado Saulo y perseguía a Jesús el Cristo, así son las coberturas de hombres.
Si no sales de tu cobertura, no podrás ver a Jesús crucificado y glorificado, tus ojos estarán nublados, y nunca entenderás que solo con creer ciegamente en Jesús el Cristo, es suficiente para ser salvo, y todas las imposiciones de hombres son mantos que te tiran a tus ojos para que no veas todos los días la obra de la cruz.
Entonces cuando la orden de salir de la tienda y ver la serpiente de Bronce era dada, había que obedecer.
Y babia que salir de la cobertura, es decir, de la tienda, de la casa, y mirar al que estaba colgado de un asta, con la fe, en que al verlo serias sano del veneno de las serpientes.
Así esta historia de la serpiente de Bronce, es una analogía perfecta de la cruz de Jesús el Cristo, dada a los israelitas, cientos de años antes que sucediera.
La serpiente de Bronce, un ídolo
Esta analogía, parábola, figura, alegoría, o como la quieras llamar, de la serpiente de Bronce, se convirtió en un IDOLO, al que los Israelitas adoraban.
Un objeto que sirvio de lección al pueblo fue convertido en un objeto de adoración, y el objetivo que era ilustrar lo que sucedería en un futuro, no fue cumplido, a tal punto que un Rey agrado al SEÑOR, destruyendo la serpiente de Bronce hecha por Moisés, leamos:
2da Reyes 18:1-5 En el tercer año de Oseas hijo de Ela rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz rey de Judá. Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El nombre de su madre fue Abi hija de Zacarías. El hizo lo recto en ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre. El quitó los altos, y quebró las imágenes, y taló los bosques, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y le llamó por nombre Nehustán (cosa de bronce). En el SEÑOR Dios de Israel puso su esperanza; después ni antes de él no hubo otro como él en todos los reyes de Judá.
La serpiente de Bronce se convirtió en un Ídolo, fácilmente lo que había un día servido para dar una lección profética al pueblo, hoy era adorada y reverenciada con incienso.
Me pregunto ¿de cuantas cosas santas nos hemos hecho ídolos nosotros los cristianos? Muchas, podría mencionar la primera, LA CRUZ DE MADERA, muchos hoy se postran ante una cruz de madera, pensando que de esa manera se acercan mas a Jesucristo, lo cual es falso. Por eso dice:
Isaías 42:8 Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.
Y también dice:
Isaías 45:23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.
¿Te arrodillas delante de hombres, de cruces de madera o piedra, o metal, delante de figuras, delante de apóstoles, delante de altares? Pídele perdón al que puede perdonar pecados en la tierra y en el cielo, y deja de hacerlo.
Algunos piensan que la gloria de Jesucristo se manifiesta en un templo, y si ellos están ahí, la gloria de Jesucristo los cubrirá, lo cual también es falso. Por eso dice:
Isaías 66:1-2 Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo? Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
Y también dice el nuevo testamento:
Hechos 17:24-25 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
¿Por qué crees que la presencia de Jesús el Cristo, estará en un templo de piedra solamente por ser templo? Eso es imposible, pues el Señor está en medio de la congregación, pero no en medio del templo, entonces si la congregación está bajo un árbol, o en una casa de habitación, o en una montaña, o en el seno de un hogar, ahí está el Señor Jesucristo presente, pero muchos creen que el entorno de la congregación, es decir las paredes de piedra y madera tienen un peso delante de nuestro Señor Jesucristo, lo cual es falso. Y muchos han hecho de los templos un ídolo.
¿Veneras tu cobertura dada por tu ministerio o tu iglesia como un ídolo? ¿Tu saludo con los hermanos es: bajo la cobertura de quien estas, y esperas oír un nombre de hombre? Entonces has hecho de la cobertura de los hombres, un ídolo, y no te interesa estar bajo la cobertura de Jesucristo, pues los mantos que han puesto los hombres sobre tu cabeza no te dejan ver a Jesucristo, el cual está sentado a la diestra de Dios, y es CABEZA DE TODO VARON, por lo tanto LAS COBERTURAS DE HOMBRES SON IDOLOS.Pues Jesucristo que es Dios, no da cobertura para vender ya que él es cabeza de TODO varón. Por eso dice la escritura:
Isaías 30:1 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!
Y en el nuevo testamento dice:
1ra Corintios 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.
Así mis hermanos, cualquier serpiente de Bronce que por ser de buena procedencia, se quiere alzar como un dios o un ídolo en nuestros corazones rechacémoslo, sacudámonos de dicho objeto, sacudámonos al hombre que quiere que nos arrodillemos delante del hombre, ya sea de carne y hueso o de metal y madera.
Solo nuestro Señor Jesucristo es digno de nuestra adoración, reverencia, veneración, y no nos podemos postrar delante de nadie, solamente nos podemos arrodillar cuando vamos en oración delante de nuestro Señor Jesucristo, en la intimidad de nuestra casa, o en cualquier lugar, pero sin estar arrodillados enfrente de nadie. Por eso la escritura dice:
Hechos 10:25-26 Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre.
Si ustedes miran este texto detenidamente se darán cuenta, que Cornelio, no adoro a Pedro, el adoro a Jesús el Cristo, en frente de Pedro y Pedro no se agrado de esa forma de adorar y le dijo: LEVÁNTATE, pues yo también soy hombre.
Con toda certeza les puedo decir que el apóstol Pedro no se agradaría de aquellos que caen en frente de una figura de Pedro, los levantaría inmediatamente, y les diría!!!!Levántense, Hombres¡¡¡¡ adoren solo a aquel que dio su vida por nosotros en la cruz, y él está en su trono de Gloria, por lo tanto no pongan nada entre ustedes y EL, cuando lo adoren, amén.
Joel Trochez
2012 Mensajes de la Biblia.
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